Tenía tres años y estaba correteando tan feliz con sus amiguetes. Yo también correteaba persiguiéndole para meterlo en la bañera.
- ¡Alex! ¡al bañito, venga! (que vicio tenemos algunos de usar los diminutivos, ahora que me acuerdo me resulta ridículo)
- No, no, no, no, no quero!.
Pasaron 20 minutos y Alex seguía correteando y yo cada vez más…histérica? pues sí, lo reconozco, me estaba alterando por momentos. Al final decidí agarrarlo y llevarlo directamente al cuarto de baño.
- Zas! - ya te tengo!
Lo dejé delante de la bañera y me volví para recoger algo. En ese momento escuché:
- Puta!
Uishhh! no sé yo lo que pasó por mi cabeza cuando escuché su vocecita llamándome puta. Me giré hacia él y le solté un cachete… estaba sorprendida, perpleja, desorientada y…plas! le solté otro…
Alex, que se había quedado tan sorprendido y perplejo (que no desorientado) como su madre, dijo con su habla “zopera”:
- No ze vale, yo te he dicho una vez puta y tu me has dao doz tortaz!!
Me quedé más perpeleja todavía; sólo le abracé mientras le pedía perdón mil veces. Esos fueron los primeros y últimos cachetes que le propiné a mi hijo.
Esas palabras de mi peque fueron el inicio de una larga reflexión. Me pasé unos días elaborando mi propia “teoría” al respecto (me suena raro eso que acabo de escribir dada la simplicidad de lo que he llamado de ese modo, pero no encuentro otra palabra).
¿Qué derecho tenía yo a darle ni medio cachete a Alex? Ninguno!
No puedo pegarle a mi vecino cuando me fastidia con la música a las 3 de la madrugada; tampoco puedo arrearle a mi pareja cuando me saca de quicio, ni a mi madre cuando con sus cosas me lleva al borde del ataque de nervios. ¿Entonces, de que poder me apropié en ese momento para poder soltarle ese par de cachetes a mi hijo? . No estaba apropiándome de nada, estaba utilizando un poder que por circunstancias determinadas yo tenía a mi alcance en ese momento y abusé de ese poder.
Finalmente decidí y sigo pensando lo mismo después de 15 años, que el hecho de pegar a los hijos es un abuso de poder absoluto.
La verdad es que Alex estuvo sembrao con esa frase “zopera”!